"Sé que me hará daño. Sé que me hará llorar. [...] Me atrae de una manera terrible. Leí un libro en el que a eso le llamaban La irresistible atracción del abismo: si te asomas a un balcón te dan ganas de tirarte, y si vas a tomar el metro, de arrojarte a las vías. Nadie lo hace, pero la atracción se siente, y es feroz. Dicen que es la adolescencia"